lunes, 24 de noviembre de 2008

LA CONSTITUCIÓN DE GUATEMALA Y PROREFORMA (I)

Por los medios de comunicación me he enterado de la propuesta del Movimiento ProReforma, parte de la sociedad civil, para modificar la Constitución de Guatemala.

En una serie de artículos que publicaremos en este medio, analizaremos la propuesta de esta asociación, partiendo de sus motivos y su base ideológica, continuando con las propuestas específicas y concluyendo con el análisis de sus posibilidades de éxito en las condiciones actuales.

En su declaración de principios, ProReforma atinadamente desviste su fundamento ideológico, indicando no tener “más propósito que el de proteger los derechos de las personas, para que todos vivan y se dediquen a las actividades que escojan libremente, siempre que no violen derechos ajenos, en la convicción de que solamente así se puede lograr la prosperidad anhelada y la acción comunitaria sana”. ¿Cuál es la base ideológica de la anterior declaración? Liberal. No liberalismo clásico, sino liberal-libertaria. Esta ideología ha sido apodada “neo-liberal” y, correcta o incorrectamente, satanizada, particularmente en Europa y América Latina por su dogmatismo ideológico, que los ha llevado a sugerir excesos incompatibles con la praxis política de nuestros tiempos. En la segunda oración, muestran su dogmatismo al manifestar su firme convicción en un “único camino correcto”, tal como lo hubiera expresado Lenin o Stalin.

ProReforma añade, en el mismo párrafo, su visión del gobierno ideal: “...El Gobierno cuidará prioritariamente del orden público, reforzará y hará cumplir prontamente la justicia, velará porque se cumplan los contratos y se respete la propiedad, hará que se paguen los impuestos, atenderá subsidiariamente la red vial. No pretenderá nunca ser protagonista en las actividades económicas de las personas particulares, y menos aún establecerá medidas para garantizar beneficios a ningún sector a expensas de los demás”. Complementando su visión liberal-libertaria de la sociedad, esta agrupación reduce la función del gobierno a su mínima expresión: 1) salvaguardar el orden público (encierren a los bochincheros), 2) proveer justicia, 3) respeto a los contratos y a la propiedad privada y, subsidiariamente, 4) atender la red vial. En esto último, aunque estoy de acuerdo con la necesidad de la atención estatal a la red vial, encuentro un contrasentido. ¿Por qué el estado debe atender la red vial y no la salud, la vivienda o la educación? ¿Acaso el tráfico de personas y bienes son más importantes que la vida humana?