viernes, 28 de marzo de 2008

¿Quo Vadis, Guatemala?

Durante 2008, hemos observado desórdenes en Sololá, Izabal y San Juan Sacatepéquez. El común denominador de estos casos ha sido el deseo de la aplicación de la justicia por propia mano o evadir la aplicación de la misma. En una palabra: justicia
En el caso de Sololá, los bochinches empezaron cuando un grupo de personas se percataron de que un vecino era conducido contra su voluntad en un vehículo automotor. La prensa nos dio dos versiones distintas: La primera indicaba que los tripulantes eran miembros de un centro de desintoxicación a donde llevaban al vecino, en contra de su voluntad, por supuesto. La segunda, que se trataba de un secuestro. Como es común con nuestros medios de comunicación, no se le dio seguimiento a la noticia, por lo que no sabemos que fue lo que se aclaró en los tribunales, si es que se aclaró algo.
En el caso de Izabal, miembros de varias comunidades rurales secuestraron a seis personas, incluyendo cuatro turistas de nacionalidad belga que paseaban por el Río Dulce. En este caso, los secuestradores deseaban negociar la libertad de su líder, capturado por una infracción anterior, a cambio de la libertad de los seis rehenes.
En el caso de San Juan Sacatepéquez, una comunidad entera impidió la entrada de fiscales del Ministerio Público que acudían a realizar diligencias legales en compañía de agentes de la Policía Nacional Civil. Para este fin, las mujeres bloquearon el acceso hincadas, rezando.
He destacado estos tres casos por su abundante cobertura mediática y la participación de comunidades enteras. Sin embargo, estos hechos se dieron inmersos entre la violencia de todos los días, entre los 14 asesinatos que se registran en un día promedio, los asaltos a buses, la extorsión a comerciantes, la escasa vigilancia ejercida sobre los autobuses extraurbanos que tienen una propensión alarmante a sufrir accidentes fatales...

¿A donde vamos?

La justicia no se aplica. Los casos mencionados arriba son un índice de la incapacidad de las autoridades a cargo de la seguridad pública para velar por un ambiente de orden y convivencia social pacífica y de las autoridades judiciales para aplicar la justicia. Otros casos emblemáticos son las fallas evidentes de la justicia en los casos del Banco de Comercio, Bancafé y la extradición de los ex-presidentes, de mala memoria, Portillo y Serrano.
Como ciudadanos guatemaltecos, todos los días escuchamos acerca de casos en las que la justicia no ha sido aplicada correctamente. Por supuesto, no todos estos casos son objeto de titulares en la prensa, pero todos hemos escuchado alguno: el conocido que, en defensa de su vida, mató a un criminal y tuvo que pagar al fiscal del MP y al juez para lograr su libertad o el padre irresponsable que, tras de abandonar a su familia por otra, secuestró a sus pequeños hijos o la persona que sufrió estafa con cheque y lleva tres años de trámites para lograr justicia...
Mientras la justicia no se aplique plenamente, en igualdad de condiciones para todos los ciudadanos, seguiremos siendo un país pobre, "en vías de desarrollo" o tercermundista. Usted escoja el calificativo.

Justicia para todos, desde el más pobre hasta el más rico. Cueste lo que cueste.

¡Esta sí debe ser una función primordial del estado!

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